PROPAGACIÓN Y EL SISTEMA INMUNE.
Propagación de enfermedades patógenas:
Los patógenos, como bacterias, virus, hongos y parásitos, pueden ingresar al cuerpo a través de diversas vías, como el contacto directo con personas infectadas, el consumo de alimentos o agua contaminados, la inhalación de partículas en el aire, picaduras de insectos, y más.
Una vez dentro del cuerpo, los patógenos pueden colonizar tejidos y comenzar a multiplicarse. Esto puede dar lugar a infecciones locales o sistémicas, dependiendo del patógeno y su capacidad para diseminarse.
La propagación de la enfermedad puede ocurrir a través de la transmisión de persona a persona, a través de vectores (como mosquitos que transmiten enfermedades como el dengue o el Zika), o por contacto con superficies contaminadas.
La propagación de enfermedades infecciosas puede dar lugar a brotes y epidemias si no se controla
adecuadamente.
adecuadamente.
El sistema inmunológico es un sistema complejo de defensa del cuerpo que incluye células, tejidos y proteínas especializadas que trabajan juntas para detectar y eliminar patógenos invasores.
El sistema inmunológico puede reconocer patógenos mediante la identificación de moléculas específicas en su superficie, llamadas antígenos. Una vez que se detecta un patógeno, el sistema inmunológico desencadena una respuesta inmune, que puede ser de dos tipos: la respuesta inmune innata y la respuesta inmune adaptativa.
La respuesta inmune innata es rápida y general, y actúa como la primera línea de defensa contra los patógenos. Incluye respuestas como la inflamación y la activación de células inmunitarias, como los neutrófilos y los macrófagos, para eliminar los patógenos.
La respuesta inmune adaptativa es más específica y se desarrolla con el tiempo. Implica la producción de anticuerpos y la activación de células T para eliminar patógenos específicos y recordarlos en caso de futuras infecciones.
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